jueves, 20 de septiembre de 2012

ANTROPOLOGIA ECONÓMICA V


FICHAS DE RESUMEN

Por Santos Diamantino

Fecha: 8 de agosto.                 Tema: La sociedad opulenta primitiva, Marshall Sahlins

El objetivo de MARSHALL SAHLINS es constituir una antropología económica, quiere algo distinto de las interpretaciones prácticas de las economías y las sociedades primitivas.

Parte de una idea, si la economía es la ciencia de las épocas sombrías, el estudio de las economías de la caza y la recolección debe ser su rama más importante.

Lo manuales de economía afirman que en el paleolítico la vida fue dura y difícil, transmitiendo ideas donde el cazador apenas podía subsistir, era asechado por el hambre. En otras palabras el papel que desempeñaba era malo. A esto Sahlins lo denomina economía de subsistencia.

Sin embargo revisar estos saberes tradicionales es complicado, se tiene que ver de ambos lados dialécticamente, para saber la sociedad opulenta primitiva.

Para la opinión general, una sociedad opulenta es aquella en la que se satisfacen con facilidad todas las necesidades materiales de sus componentes. Desde este punto de vista, los cazadores opulentos significan negar entonces que la condición humana es una tragedia decretada donde el hombre está prisionero de la ardua labor que significa la perpetua disparidad entre sus carencias ilimitadas y la insuficiencia de sus medios.

Dos caminos para la opulencia: Las necesidades pueden ser fácilmente satisfechas o bien produciendo mucho, o bien deseando poco.

·         Galbraith = economía de mercado, las necesidades del hombre son grandes, por no
decir infinitas, mientras que sus medios son limitados, aunque pueden aumentar. La brecha que se produce entre medios y fines puede reducirse mediante la productividad industrial, al menos hasta hacer que los “productos de primera necesidad” se vuelvan abundantes.

·         Camino Zen hacia la opulencia = las necesidades materiales humanas son finitas y escasas y los medios técnicos, inalterables pero por regla general adecuados. Si se adopta esta forma el pueblo puede gozar materialmente, aunque su nivel de vida se bajo.

Esta es la forma como Sahlins a descrito la vida del cazador;

1.      Esa inclinación a consumir rápidamente todas las reservas de que disponen como si no dudaran ni un momento de poder conseguir más.

2.      Libres de las obsesiones de escasez características del mercado.

Cuando nos referimos a los orígenes de la caza y la pesca hay muchos apelativos.

a)      Una mera economía de subsistencia.

b)      Tiempo libre limitado salvo en circunstancias excepcionales.

c)      Demanda incesante de alimentos.

d)     Recursos naturales magros y en los que sólo se puede tener una confianza relativa.

e)      Ausencia de excedente económico.

f)       Máximo de energía por parte del mayor número de personas.

Hay una visión oscura de esa realidad, hay muchos prejuicios entorno a ello. Como por ejemplo el egocentrismo burgués, donde la actual economía de mercado es una trampa. El autor parte de una pregunta para esta reflexión.

¿Acaso es tan paradójico afirmar que los cazadores tenían economías opulentas a pesar de su extrema pobreza?

El sistema industrial y de mercado instituye la pobreza:

          i.            La producción y la distribución se rigen por el comportamiento de los precios,

        ii.            Y toda la subsistencia depende de la ganancia y del gasto,

      iii.            La insuficiencia de recursos naturales se convierte en el claro y calculable punto de partida de toda la actividad económica.

Lo que comienza en la inadecuación terminará en la privación. El mercado pone a disposición de los consumidores un deslumbrante conjunto de productos: todas las cosas deseables al alcance del hombre, pero nunca enteramente al alcance de su mano.

La escasez es el juicio dictado por nuestra economía y, por lo tanto, también el axioma que rige nuestra Economía.

Sin embargo, la escasez no es una propiedad intrínseca de los medios técnicos. Es una relación entre medios y fines. Deberíamos considerar la posibilidad empírica de que los cazadores trabajan para sobrevivir, un objetivo finito, y que el arco y la flecha son adecuados a ese fin.

Otro problema es la predisposición antropológica a exagerar la ineficiencia económica de los cazadores aparece también de manera notoria bajo la forma de odiosas comparaciones con las economías neolíticas.

No obstante la antropología dio un salto hacia adelante del Neolitico, dejando de lado la consecución de comida como único fin. Para ello se sirve de Leslie White, quién explica que el neolítico produjo un “gran adelanto en el desarrollo de la cultura... como consecuencia de un gran incremento en la cantidad de energía aprovechada y controlada per capita y por año como consecuencia de las artes de la agricultura y el pastoreo”. Había un esfuerzo humano el cual era la principal energía mecánica de la cultura paleolítica y neolitica obtenida, en ambos casos, a partir de recursos vegetales y animales.

Otras observaciones provienen de los nativos de Australia, los Bosquímanos, los Ona y los Yahgan. El cual distorsionan la realidad de la caza y la recolección. Para esto se sirve de Grey quien admite que es un error creer que los australianos nativos tienen escasos medios de subsistencia o que se encuentran en ocasiones muy urgidos por la necesidad de alimento.

También muestra otra observación de errores etnográficos; la antropología de los cazadores es en su mayor parte un estudio anacrónico de ex salvajes, una indagación en el cadáver de una sociedad. Los recolectores de alimentos que sobreviven son, en cuanto clase, personas desplazadas. Representan el paleolítico privado de todos los derechos civiles y ocupan hábitats marginales con características que no corresponden a las modalidades de la producción. Lugares alejados de la esfera de influencia de los principales centros del progreso cultural. Su característica fue la pobreza, más allá del interés y de la competencia de las economías más avanzadas.

Viendo estos errores lo que el autor quiere ver es la situación actual de los cazadores, un examen justo de su capacidad productiva, una especie de prueba suprema.

En teoría son pobres. No obstante los Bosquimanos que habitan en el Kalahari disfruten de una especie de abundancia material, al menos en el dominio de las cosas de uso diario, aparte de la comida y del agua. La abundancia material depende en parte de las facilidades de producción, y ésta de la simplicidad de la tecnología y la democracia de la propiedad.

El acceso a los recursos naturales es directo por naturaleza todos son libres de tomarlo, así como la posesión de las herramientas necesarias es general y el conocimiento de las técnicas requeridas común

Para la mayoría de los cazadores esa opulencia sin abundancia en la esfera de los productos no esenciales para la subsistencia es algo que queda fuera de toda discusión. Se contentan con poco y esto no es desgracia.

La modestia de los requerimientos materiales queda institucionalizada: se convierte en un hecho cultural positivo que se expresa en una variedad de disposiciones económicas.

Desde la perspectiva interna de la economía, es erróneo afirmar que las necesidades están restringidas, los deseos reprimidos e incluso que la noción de fortuna es limitada. Esto nos llevaría a otro análisis de Hombre económico (expresión burguesa) que no se sigue de nos otros, sino que nos antecede, como el hombre moral. No se trata de que los cazadores y recolectores hayan dominado sus impulsos materialistas, sino simplemente de que nunca hicieron de ellos una institución.  Los Montaignais se contentan con el simple hecho de vivir, ninguno de ellos se vende al Demonio para conseguir fortuna. Su pobreza les hace libres y les permite disfrutar de su vida.

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