miércoles, 12 de diciembre de 2012

ANTROPOLOGIA ECONOMICA: Dolors Comas D´argemir.

El objeto de la antropología económica es muy amplio y trasciende lo que habitualmente se entiende como económico en sentido estricto. El enfoque holístico (o totalizador) de la antropología hace que se consideren integrados los distintos dominios de la cultura y que, por consiguiente, se analice la economía en su relación con el parentesco, la organización social, la política, la religión y los sistemas de representaciones. Además, la economía se considera «incrustada » en la sociedad y esto implica reconocer que las funciones económicas pueden realizarse a través de diversos tipos de instituciones, o, recíprocamente, que lo económico se halla presente e impregna muchas otras dimensiones de la vida social.



ALGUNOS PUNTOS A CONSIDERAR
Santos Diamantino
 
Primer capítulo, división sexual del trabajo.
Comienza respondiendo a la pregunta, ¿Por qué en la mayoría de las sociedades las mujeres sufren distintas formas de opresión por parte de los hombres?
La autora, toma en cuenta que sobre esta problemática se avanzado en el conocimiento de las condiciones materiales, de los roles sociales y de las representaciones culturales. Denominando a esto, “sistemas de género”.
El problema se centra en la diferencia que hay entre hombres y mujeres, y cómo esta se convierte desigualdad. ¿Por qué la diferencia se convierte en desigualdad?
Hay muchos factores que desembocan en la dominación de los hombres sobre las mujeres. Y uno de ellos es el factor trabajo, factor clave en los debates acerca de la situación de las mujeres y en las investigaciones sobre la construcción social del género. La división sexual del trabajo es un rasgo universal, aunque la forma sea diferente.
A la autora le interesa reflexionar sobre la interrelación entre división del trabajo y sistemas de género. El género es una de las formas de desigualdad existentes en la sociedad.
La división del trabajo expresa, la jerarquización de tareas y la jerarquización de personas. El trabajo integra las distintas formas de desigualdad social, estos nos dan la posibilidad de entender los sistemas de género como su articulación con otras divisiones sociales.
Antecedentes.
  1. Desde Margaret Mead (1935) se empezó a modificar la idea de que las diferencias entre mujeres y hombres respondían a diferencias físicas.
1)      Mead demostró que en algunas sociedades los hombres realizan actividades que en otras se asignan a las mujeres, y a la inversa.
2)      Mead mostró que los hombres podían mostrar en sus actitudes, comportamientos femeninos, también las mujeres podían ser calculadoras, agresivas y vigorosas.
3)      Esto causó dudas sobre las bases biológicas de los atributos psicológicos e introducía la importancia de la educación, como modeladora de los distintos comportamientos de cada sexo.
4)      Esto mostró que los componentes culturales son más básicos que los biológicos en la construcción  de lo que cada sociedad entiende por feminidad o por masculinidad.
  1. La antropología aportó sobre las actividades de hombres y mujeres. Pero el entender  las formas y las causas de la opresión se entiende hasta la década de los setenta, cuando antropólogas feministas observaron que los informes eran androcéntricos.
  2. El efecto de este hecho, hace inventar una teoría de la antropología de la mujer.
    1. El trabajo se centrará en estudiar y describir lo que hacen las mujeres.
    2. Se hace fuerte el concepto de “género”, el cual se refiere, al carácter eminentemente social y cultural de los roles y atributos que se asocian a hombres y mujeres, diferenciándolo así del sexo, que es un concepto biológico.
  3. El análisis sobre las mujeres se centra en la división del trabajo.
  4. Otro de los puntos que se toca es el tema de la caza, pesca y recolección. Hasta el siglo XX esta forma de convivencia humana se ha reducido. Deestos grupos se hablado como cazadores. Era vistas como sociedades que se preocupaban constantemente de la búsqueda de los alimentos, estaban amenazados por el hambre,  les faltaban bienes materiales, eran personas que no podían evolucionar por tener todo el tiempo ocupado en la itinerancia y la difícil resolución de la subsistencia.
    1. Estas apreciaciones eran errada.
    2. Se mostraba una imagen negativa de la forma contemporánea de entender la existencia.
    3. Se constató que la recolección tenía mayor importancia para la subsistencia que la caza, pues en la mayor parte de grupos proporcionaba en 60% de la dieta.
    4. La recolección es una actividad cotidiana, mucho más regular y segura que la caza.
    5. Se constató que la cantidad de horas dedicadas a la obtención de alimentos y a su elaboración es muy baja, con promedios entre 3 a 4 horas semanales y con ciclos fuertemente irregulares.
    6. Son sociedades que viven el presente, y en ella la acumulación no tiene sentido.
    7. La escasez de bienes materiales no es resultado de la pobreza, sino de llevar una vida itinerante, en que se prescinde de todo lo superfluo.
    8. Tres conclusiones que saca: 1. Las tareas de las mujeres no fueron visibles hasta que se observaron expresamente. 2. La importancia económica de cada tarea no se corresponde necesariamente con el valor social que se le otorga. 3. La separación entre lo que es trabajo y lo que no es, resulta muy difícil de establecer en estas sociedades.
    9. El trabajo tiene una naturaleza y un significado distinto en cada sociedad.
Enfoques desde la antropología de la mujer.
  • Se desarrolla sistemas de género.
  • Dos rasgos universales;
    • Todas las sociedades reconocen y elaboran diferencias entre los sexos.
    • Las actividades masculinas suelen considerarse más importantes que las femeninas.
  • Ortner argumenta que la subordinación femenina se debe a que de forma universal las mujeres se asocian simbólicamente con la naturaleza y los hombres con la cultura. De esa manera se lo percibe. Lo que se pone en juego en la asimetría sexual son ideas y sistemas simbólicos. Todas las culturas distinguen entre el mundo natural y la sociedad humana, e insiste en que la naturaleza es transformada por la cultura.
  • La naturaleza se considera inferior a la cultura porque es sometida por ella.
  • Las mujeres se consideran próximas a la naturaleza debido a sus funciones procreadoras, siendo estas mismas funciones las que, a su vez confinan a las mujeres al contexto doméstico y les asignan actividades compatibles con él.
  • Rosaldo introduce la distinción entre lo doméstico y lo público. Para explicar que la asimetría entre hombres y mujeres no pueden entenderse en términos biológicos, sino como algo universal en la experiencia humana y este algo es el rol de las mujeres como madres y cuidadoras.
  • Para la autora, nosotros mismos proyectamos de forma dicotómica la asimetría hombre/mujer, presentándola siempre de forma contrastiva. En el fondo la diferenciación entre mujeres y hombres parece radicar en algo que es invariable, que es natural, como es la diferenciación sexual.
Producción y reproducción
  • En los 80 se rescatan elementos del marxismo, para entrar en las relaciones de reproducción, a las que mayoritariamente se vinculan las mujeres.
  • Marx es quien introduce esta distinción, reflejando el esquema conceptual del capitalismo, separación entre el ámbito laboral y el familiar, el trabajo y la persona. No es que ello sea así, insistimos, es que se concibe así.
  • Meillasoux no se plantea las causas de la subordinación de las mujeres, sino que las da por supuestas y contempla a la mujer solamente en su dimensión reproductora.
  • Harrys y Young, hacen una teoría de las relaciones de reproducción. Su aporte esta, en la diferenciación de los tres significados; 1. Reproducción humana o biológica. 2. Reproducción del trabajo. 3. Reproducción social o sistemática.

La naturaleza del trabajo y sus relaciones con el género.
  1. Actividad y Roles
La división del trabajo existe en todas las sociedades. Se basa en un principio de complementariedad.
Hay exclusividad en la asignación de tareas.
Cada persona depende de otra de distinto sexo para poder subsistir.
La división sexual del trabajo es universal, pero es específica la forma que adopta en cada sociedad, existiendo una gran variabilidad cultural.
El hecho de que mujeres y hombres trabajen en actividades distintas que a nivel social se consideran complementarias, no implica que el volumen de tareas encomendadas sea equivalente.
Ahora, las actividades masculinas y femeninas presentan gran variabilidad cultural, también el trabajo, como trabajo se puede entender muchas cosas. En muchas lenguas la palabra trabajo no existe, porque no resulta pertinente su distinción respecto a otras actividades.
Dentro de una misma sociedad se puede otorgar un valor distinto a cada ocupación, de manera que el prestigio de determinadas personas se asocia con determinados tipos de actividad.
La variabilidad cultural nos demuestra que  la vinculación entre el trabajo y sistemas de género dependen de factores culturales y no de las diferencias biológicas entre hombres y mujeres.
Las apreciaciones están en el conjunto de relaciones sociales y de significados culturales por los que se articulan la división del trabajo y los sistemas de género.
  1. Relaciones sociales y los significados
Trabajo = al conjunto de actividades, relaciones sociales, saberes y representaciones que se ponen en contribución para producir y distribuir bienes y servicios y para reproducir el proceso mismo por el que se crean y distribuyen tales bienes y servicios.
El trabajo implica organización, roles y normas, gastos de energía, esfuerzo, uso de técnicas, distribución del tiempo, intercambio.
El trabajo es una actividad propiamente humana, porque solo los humanos inscriben las actividades de subsistencia, en un marco social y simbólico que amplía las capacidades individuales y las dota de capacidad transformadora.
Trabajo no es solo lo que la gente hace, incluye también relaciones sociales, que se concretan en contextos sociales específicos.
Dos tipos de factores;
  1. Las clases técnicas.
  2. Medios intelectuales de los que dispone una sociedad.
Esto da lugar a una fragmentación en el proceso productivo, como resultado de la especialización, supone una jerarquización de tareas y la distribución de los trabajadores en estas tareas se realiza a partir de las divisiones sociales existentes.
Los criterios de división pueden ser edad, sexo, raza grupo étnico, clase social.
Para la autora, la división del trabajo no crea relaciones sociales; es justamente lo inverso: las relaciones sociales existentes se concretan en determinadas maneras de repartir el trabajo.
La división del trabajo es;
         I.            Un punto de llegada.
      II.            Resultado de un determinado estado de las fuerzas de trabajo.
   III.            Resultado de las relaciones sociales que le son inherentes.
Para la autora, no es la división del trabajo lo que explica la subordinación de las mujeres, sino que es la desigualdad entre mujeres y hombres lo que se incorpora como factor estructurante en las relaciones de producción y en la división del trabajo.
Para ello se había planteado una pregunta al inicio:
¿Cómo hombres y mujeres se distribuyen en las actividades laborales?
Luego la invertirá por estas; cómo la sociedad construye su representación de las diferencias entre los sexos y cómo a través del reconocimiento de las capacidades y habilidades diferenciales se distribuyen las actividades.
El objetivo es identificar los símbolos y sistemas de significados.
Las diferencias fisiológicas no son en sí causa de nada, si lo son es porque son percibidos como causa, son la materia prima a partir de la se organizan los constructos culturales que asignan determinados atributos de la persona.
La construcción social del género se fundamenta, en la sexualidad (es una construcción social), en las nociones sobre la procreación y la reproducción humana.
  1. Las divisiones sociales.
La sexualidad proporciona ideas sobre las características diferenciales entre hombres y mujeres, el parentesco convierte estas diferencias en una primera forma de desigualdad.
El género es una de las grandes divisiones de la sociedad que en la división del trabajo se suma a otras divisiones sociales contribuyendo con ellas a reproducir el sistema de clases sociales.
Los sistemas de género son un factor estructurante de la división del trabajo, uno de sus factores constitutivos, y no meramente un resultado que deriva tal división.

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