lunes, 24 de agosto de 2015

EL RECORRIDO DEL PARADIGMA EN ANTROPOLOGIA




Por Santos Diamantino

En un trabajo de investigación es importante un paradigma porque es un modelo que nos permite abordar un problema planteado en un perfil de tesis. Lo cual permite explicar un problema real a partir de una teoría. Para esto nos servimos de tres paradigmas como es el positivo, el interpretativo y el socio-crítico.
Estos tres paradigmas son universalmente reconocidos porque te proporcionan modelos de problemas y soluciones a una realidad física. Lo que nos permite ver al mundo y al mismo tiempo mirarnos a nosotros mismos, y en alguna manera comprendernos, interpretarnos y luego explicarnos lo que observamos en un tiempo real del pasado, como del presente proyectado hacia el futuro. A partir de ello emergerán conceptos que generen teorías. Lo que provocará que muchos crean en estos sistemas construidos. En realidad la utilidad de un paradigma en una investigación descansa en la forma de ver y explicar qué SON y cómo FUNCIONAN las cosas, sobre algo individual o colectivo.
Desde la experiencia (corta) que tengo en educación, el método cuantitativo toma un paradigma positivista para realizar mediciones y predecir el comportamiento regular de grupos sociales. Se centra particularmente en buscar las causas de un problema, luego las confronta con teorías, donde detecta discrepancias lo que le permite establecer conexiones y generalizaciones dentro del paradigma. En cambio el método cualitativo busca describir e interpretar sensiblemente la vida social y cultural de los seres humanos. Para los cientistas sociales y del área de ciencias humanas, el método cualitativo nos permite ver las creencias que tiene la gente después de haber hecho algo. Esto permite generar conceptos y teorías que nos hablen de la realidad del ser humano. Centrándose en el significado que para los seres humanos tiene una acción, un discurso, una concepción, un área, una actividad cultural o social.
Desde el ámbito antropológico los paradigmas son importantes, aunque en las ciencias sociales, antropólogos y sociólogos usan métodos cualitativos de forma similar al momento de obtener información en contextos sociales y culturales. Según las teorías sociológicas de Alexander (1995) en la sociología contemporánea se ha volcado al análisis cultural, interpretativo y hermenéutico, declarando la crisis de lo social; y en la antropología al declinar las pretensiones de elaboración de una gran teoría de la cultura y al hecho de la aceptación de los problemas hegemónicos y textuales de su conocimiento. Esto dio lugar a que ambas disciplinas de las ciencias sociales compartan, converjan y dialoguen a nivel conceptual, teórico, metodológico. Enmarcándose en nuevos modelos de verdad, método y representación que erosionan los grandes paradigmas, las tradiciones disciplinares y especialmente, los cánones clásicos de hacer, pensar y escribir antropología y sociología.
Dentro de la antropología de la educación, como dentro de la antropología política, los paradigmas en su adopción son relativos desde su nacimiento. Para esto me refiero a los distintos momentos históricos como contextos sociales. Por ejemplo en la época clásica de la antropología (finales del siglo XIX hasta la segunda guerra mundial) era positivista, porque solo describía pretendiendo ser objetiva (para esto me refiero a los trabajos de Malinowski como los Trobiand). En dicho contexto se concibe el trabajo de campo como un acto de descripción y organización de la caótica realidad social a través de la etnografía. A su vez, ésta se expresa en una labor juiciosa del etnógrafo que solitariamente recoge datos culturales, retorna a casa y produce una monografía-etnográfica sobre la cultura estudiada, etnografía que termina por convertirse en una arquitectónica cultural. (Denzin y Lincoln, 2000)
Pasado este momento llega la época moderna para la antropología en su metodología y sus formas paradigmáticas. Se reconoce lo que se hizo, pero no basta en antropología con el sólo trabajo de campo y concentrándose sólo en sociedades no occidentales. Y es cuando se tratan de usar nuevos métodos y paradigmas de investigación. Introduciéndose en ello técnicas como la investigación documental, sobre todo en documentos como el “diario de campo”, lo que dio lugar a la antropología urbana, donde se empieza a usar el paradigma interpretativo o hermenéutico tomando en cuenta la investigación documental. Por eso hay la historia de los inmigrantes, criminales y delincuentes en las ciudades. Ahora en antropología (que es el área en la que me desenvuelvo mucho depende de las escuelas que se sigue, como la Norteamericana, la francesa o la inglesa, la escuela latinoamericana si hay intentos, aún no ha marcado identidad del todo) a partir de 1970 que es una tercera época, será bombardeada por lo epistemológico enmarcados en el paradigma de lo cualitativo cuestionandose algunos datos sociológicos. El impacto de las teorías constructivistas, el marxismo revisionista, la semiótica, el postestructuralismo, los estudios culturales, el deconstruccionismo y los estudios literarios, producen profundos cuestionamientos a la forma como funciona el conocimiento y el lugar de la verdad y el sujeto en la cultura. En este tiempo en la antropología se usa métodos históricos, métodos biográficos.
Después de 1990 los trabajos se verán reflejados por trabajos como el de Georges Marcus y James Cliford, ambos antropólogos. En esta etapa se buscan nuevos modelos de verdad, método y representación, ya que las normas clásica de hacer antropología y de ser antropólogo se han desgastado. Se vuelve a reflexionar sobre la forma de escribir y producir el trabajo etnográfico, porque el antropólogo ya no es simplemente un recolector de datos culturales es un escritor que interpreta la realidad.
Con la post modernidad las crisis en el plano metodológico en la antropología van en crecimiento, porque hay crisis de representación paradigmática, crisis de autoridad etnográfica y crisis del punto de vista situado. A partir del año 2000 los paradigmas en el ámbito antropológico se irrumpen de tal manera, porque hay una variedad de disciplinas que marean al mismo investigador. Hay una etnografía multisituada (Marcus, 1995), la etnografía del shock (Taussig, 1995) o la etnografía colaborativa de Rappaport (1998). Además de posesionarse la representación visual, por eso surge la fotografía digital, el video casero. Son elementos que van más allá de un paradigmas, sino de un sincretismo paradigmático. De ahí su importancia en saber situar bien un paradigma a usarse en un trabajo de investigación para que este sea de gran ayuda y no lo contrario.

Bibliografía
Denzin, N. y Y. Lincoln (2000). Handbook of qualitative research. Thousand Oaks: Sage.
Marcus, G (1995) “Ethnography in/of the world System: The emergence of multi-sited Ethnography”. Annual Review of Anthropology 24 (1995):95-117.
Rappaport, Joane ed. 1995 Retornando la mirada: una investigación colaborativa interetnica sobre el Cauca a la entrada del milenio. Popayán: Universidad del Cauca.
Taussig, Michael (1995). Un gigante en convulsiones: el mundo humano como sistema nervioso en emergencia permanente. Barcelona: Paidós.