Por
Santos Diamantino[1]
Hace varios años que vengo
escuchando y leyendo los textos de H.C.F. Mansilla, y en varias presentaciones
al que asistí, pude ver que mucha gente salía molesta, porque no oía lo que
quería oír. Como por ejemplo, en julio de 2014 en el MUSEF, o en marzo y abril
de este año, cuando se presentaron dos de sus obras (Una mirada crítica sobre el indianismo y la descolonización 2014, y Una
mirada crítica sobre la obra de Rene Zavaleta Mercado 2015) la gente salía
molesta, y otras salían como si hubieran recibido las ideas del gran filósofo.
Me preguntó ¿cuáles son los primeros motores que motivan a don H.C.F. Mansilla
a escribir sobre diversos temas que en el imaginario social pasan por normales,
y más aún, en sistemas ideológicos que en la actualidad están de moda? ¿Por qué
tan irritante para unos (indianistas y amantes de la teoría de la
descolonización) y para otros un ídolo (seguidores del liberalismo)? ¿Será que
don H.C.F. Mansilla pretende ser el filósofo boliviano de la teoría crítica del
siglo XXI, desplazando a lo que las masas del M.A.S. decían del actual
vicepresidente como el Sócrates boliviano? ¿Cuál será el objetivo de don H.C.F.
Mansilla, que con solo empezar a leer o escucharlo te pone en paradoja
existencial? Una frase que muy a menudo repite es la siguiente,…“pudiendo equivocarme fácilmente, sostengo
que la vida social y económica del país nos depara muchas sorpresas, porque no
transcurre la vida humana por leyes del desarrollo histórico.” Frase que
desde ya te pone en duda ideológica, ya que los seres humanos estamos
acostumbrados a buscar seguridades.
Pero esto no queda ahí, sino, provoca
filosóficamente al pensar que los
notables edificios basados en el marxismo no han resistido la prueba de los
tiempos ni de la prosaica realidad cotidiana. Para ello, te sugiere analizar
el manto conservador de tendencias revolucionarias del siglo XXI, ya que las
ideologías como el indianismo y las teorías de la descolonización,
enalteciéndolas como si hubiera sido un paradigma de fraternidad y prosperidad,
lo único que hacen es justificar, un sistema autoritario, jerárquico y poco
innovador en este tiempo.
Además, critica los elementos
más conservadores de la sociedad boliviana, aquellos que están refugiados en
las fuerzas del orden público, militares,
policías, jueces, abogados y fiscales y en algunos estratos intelectuales del
país. Enfatiza en los intelectuales de la actualidad, que según él, hablan en nombre de los explotados y de las
victimas del imperialismo, ya que son quienes representan las ideas más
rutinarias y convencionales entorno a la historia, al ordenamiento social y a
la moral colectiva. Para H.C.F. Mansilla, no son más que intelectuales
progresistas que tienen éxito, porque apelan astutamente a los prejuicios
irracionales de buena parte de la población y al memorial de agravios que permanece
incólume. Un memorial que se según el mismo, no es analizado objetivamente,
sino al calor del momento, y es a partir de ello que sacan provecho ideológico
y material.
El gran problema para H.C.F. es
que los grupos políticos de hoy, se agarran de este ala ideológico, de esos
anhelos postergados de la población, de esos viejos resentimientos dilatados de
la población, por eso es que tienen éxito, “son muy astutos”. Estos
intelectuales indianistas y teóricos de la descolonización, junto a ello están
las nuevas capas juveniles urbanas de origen indígena, quienes sin darse cuenta
adoptan valores de la postmodernidad, pero reniegan contra el imperialismo. Asimismo
les pregunta a estos seguidores si son capaces de renunciar a los placeres que
la postmodernidad les ofrece, y vivir como ellos pregonan.
Para H.C.F., el indianismo y
las teorías de la colonización son teorías de moda, que se sirven de ideologías
como la igualdad, pero que en la realidad la vida es totalmente distinta. El
igualitarismo es un artificio de propaganda para tranquilizar a las masas de la
población y para confundir a muchos, que según él es lo más fácil. Las tendencias
indianistas y populistas, son
fundamentalmente reacias a poner en duda sus propios principios y
valores de orientación, y sus visiones del futuro. Es por eso que no generan un
conocimiento científico seguro y genuino, lo único que hacen es atacar el
legado europeo utilizando herramientas ajenas. H.C.F. Mansilla no entiende a los
nuevos seguidores del indianismo, ni a los descolonizadores en su ambivalencia
ideológica, porque quieren modernidad y desarrollo, imitando un paradigma netamente
occidental. Para H.C.F. Mansilla es imposible sustraerse a la enorme cultura
globalizadora occidental. Por eso es que algunas posturas son infantiles. El respeto
a la madre tierra permanece en el campo de la retórica y la actividad pública
se limita a obedecer a personas que están arriba. Por tanto la historia se
repite.
Con todo esto ¿Quién no se
sentiría interpelado? ¿Quién saldría bien de una presentación de un libro, que
hace remover los cimientos ideológicos sobre los que uno había trabajado
durante mucho tiempo? ¿Por qué no repensar algunas cuestiones que tenemos por
ciertas? ¿O simplemente los dejamos de lado y seguimos en lo que supuestamente
es normal?
Esas leyes del desarrollo histórico, a las que se refiere Mansilla, me parece que son visiones ajenas al proceso que vive y vivió el país, ademas que al mismo tiempo el "mediterraneismo" no solo fue y es geográfico en el caso boliviano; sino también humano y de pensamiento. Entonces estaríamos viviendo en una doble burbuja, según mi interpretación, un aislamiento propio y otro ajeno y forzado.
ResponderEliminarEstimado, esta leyes del desarrollo al que hace referencia, es simplemente, a que las cosas se repiten (ejemplo la seudorevolucion del 52, sus acciones y la forma que se llevo adelante, hoy es la misma con el MAS). las teorias de la descolonizacion, proponen segun el autor un sistema cerrado, que no ayuda en nada al proceso "de cambio". porque segun el es solo un intento para la conversion de pobres en la nueva burguesia
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