Por: Santos Diamantino
La educación superior es un espacio de tremenda
responsabilidad, y tiene sus repercusiones en todos los planos de la sociedad. Hay una larga lista de
profesionales nuevos que engordan la lista de desempleados. En la actualidad
del 100%, el 50 % son jóvenes que están
entre los 25 y los 30 años en busca de trabajo. Hasta enero de 2016 (Centro de
Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario), se observó que la falta de
oportunidades de trabajo para nuevos profesionales es una deficiencia
gubernamental del Estado boliviano. Hoy en día el contar con una licenciatura u
otro grado académico no es garantía de nada. No es un aspecto que garantice
encontrar empleo.
Ahora, no es este un elemento determinante, también hay
elementos como la insuficiencia académica que es un obstáculo para desarrollar
bien su vida profesional; ya que el mundo en el que vivimos va en constante
desarrollo y exige más preparación. El estudiante de hoy, considera que falta formación de parte de docente, de
administración, que hay pobreza a nivel práctico. La universidad se acostumbró
a realizar mucha teoría.
Por otro lado, en ciertas áreas de especialización hay una saturación (Fundación para la producción
y la universidad privada), sobre todo aquellas relacionadas a la contabilidad, la
administración de negocios, vías jurídicas, etc. Las que mayor matricula
atraen, y de las que hay, mayor oferta de trabajo. Esto no permite que haya una
conexión entre la decisión estudiantil y
la condición laboral.
Según Alberto Viarreque (UCB), “profesionales con grado de licenciatura, masterado, incluso doctorado,
no encuentran un sitial en la sociedad. Lamentablemente las universidades han
dejado de tener un Plan Nacional de Desarrollo Universitario. Sus expectativas
y desenvolvimientos son: de acuerdo al lucro, al mercado. Entonces, instalan
carreras que no son relevantes, no son necesarios, que no atacan las
necesidades y problemas. Por eso cuando un profesional sale, no sé qué hacer, y
no hay quien lo contrate, tenemos profesionales manejando taxis, que no saben qué
hacer.” (2013)[1]
La crisis de la demanda laboral, hace que el estudiante elija
carreras que permitan el autoempleo (Derecho, Ingeniería, Medicina), aunque
esto no permita la comodidad humana. Esto ha causado que muchos profesionales
abaraten costos de servicios. En la actualidad existen 59 universidades
autorizadas, entre públicas y privadas, la mayor parte son privadas (algo más
de 40). Hecho que ha contribuido a la democratización de la Educación Superior.
El problema está en la formación de los estudiantes.
La educación superior en Bolivia está en crisis, las
universidades presentan poco aporte a la sociedad. Las razones: la falta de
inversión en ciencia, la falta de infraestructura adecuada, el insuficiente uso
de la tecnología, la deficiente formación docente, salarios bajos, y la baja
preparación de estudiantes, hace que no progrese Bolivia. En ese medio de
inquietud es que buscan un título profesional como medio de vida.
Pero el problema es, ¿si los
profesionales de hoy, son capaces de responder a las exigencias y desafíos que
se les planteen en el Futuro? ¿Las
universidades tendrán la capacidad de proporcionales las herramientas para
enfrentar con responsabilidad y compromiso profesional el futuro?
Lo que sucede hoy en las aulas se refleja en el mañana de un país.
[1]
Véase la nota en el link https://www.youtube.com/watch?v=upMGC_-5nbg,
Reportaje Educación Superior en Bolivia, Periodista; Henry Angulo, cámaras
Javier Alcoba. 15 de abril de 2013.
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