domingo, 16 de noviembre de 2025

DESCARGAR: Filosofía de los pueblos originarios

 El libro en edición bilingüe, Filosofía de los pueblos originarios, coordinado por Raúl Trejo Villalobos y Obed Frausto, con traducciones al inglés de Dorien Scheets, Rodrigo Díaz y Miguel Pickard, es un ejercicio de diálogo intercultural en el que los filósofos indígenas que participan toman la palabra para introducirnos en algunos conceptos fundamentales de las concepciones filosóficas de sus respectivas culturas; a la vez, los filósofos no indígenas comentan diferentes aspectos y aristas de las filosofías de los pueblos originarios.

Sin duda, es un libro audaz y original, que invierte disruptivamente el orden de prelación o exclusividad del pensamiento indígena y no indígena, pues, como señala Rodrigo Díaz Cadenas, lo común y casi normal es que no sólo se dude, sino que se excluya del ámbito filosófico al pensamiento indígena de ayer y de hoy, reproduciendo un colonialismo intelectual impuesto desde hace 500 años, que nosotros los filósofos profesionales tendemos a aceptar y fortalecer. 
 

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SOBRE LOS FLECHAZOS QUE EVITARON LA PÉRDIDA DEL ACRE BOLIVIANO.


El único héroe indígena boliviano reconocido oficialmente, que protagonizó una victoria salvando el territorio nacional en un conflicto armado. La Batalla de Bahía del 11 de octubre del 1902, en la Guerra del Acre, hizo posible el departamento de Pando (antes territorio nacional de Colonias) y su capital, la cuidad de Cobija (antes Puerto Bahía), gracias al arco y la flecha del indígena nativo de Ixiamas.
A diferencia de otros personajes originarios como los caudillos aymaras Tupac Katari o Zárate Willka (este último contemporáneo de Racua), el combatiente tacana encarna una memoria de gloria. Pero también representa un enigma.
¿Fue Racua una individualidad extraordinaria que tuvo, él solo, la capacidad de expulsar a las tropas brasileñas de un territorio que Bolivia pudo haber perdido si no fuera por ese certero flechazo?
Hay versiones de antigua data indicando que no fue sólo Bruno Racua el flechero de gran puntería, sino al menos otro más de su misma etnia llamado Juan de Dios Aguada, apellido muy frecuente en la Cobija de hoy.
Hace unos años atrás, Sol de Pando reveló un texto del historiador José Salmón Ballivián, de 1928, donde el erudito escribió lo siguiente:
“Humildes indios de provincia, ya no ennoblecidos con el carácter de soldados sino modestos siringueros, merecen también nuestra más profunda admiración, como el ixiameño Juan de Dios Aguada, que aún vive en Cobija y que fue quien disparó su flecha incendiaria que trajo por consecuencia la toma de Bahía; hecho que bien puede parangonarse con el de Arquímedes, el que por medio de espejos ustorios incendió las naves de la escuadra de Marcelo frente a Siracusa”.
El nombre de Bruno Racua surgió mucho tiempo después del texto publicado por Salmón Ballivián.
OTRAS FUENTES
En el número dos de la revista Enfoque Amazónico —publicación que se edita en Riberalta— el académico Vincent Vos, en coautoría con Julio César Maldonado, confirma la acción de Juan de Dios Aguada como el indígena que lanzó la flecha incendiaria contra las tropas brasileñas en Puerto Bahía (hoy Cobija).
En el artículo “La batalla de Bahía, momento decisivo en la historia de la Amazonia Boliviana” dicho autor señala lo siguiente en base a una referencia proporcionada por Fernando Vaca Suárez:
“En el libro `Anotaciones y documentos sobre la campaña del Alto Acre, 1902-1903` originalmente publicado por el señor Nicolás Suárez en 1928 en respuesta a anteriores declaraciones de parte del coronel Federico Román, encontramos una declaración jurada de don Teófilo Parada (administrador de la Barraca Porvenir, nr) donde en la página 261, al describir la Batalla de Bahía, textualmente afirma: `En este primer momento el siringuero ixiameño Juan de Dios Aguada disparó la flecha que incendió el barracón`”.
UNA COMUNIDAD INDÍGENA DE FLECHEROS NATOS
Por su parte el historiador y documentalista Luis Oporto Ordóñez,
en el prólogo del libro “La Columna Porvenir” de Carlos Tiburcio Amuruz elaborado en base a los documentos de Nicolás Suárez citados por Vincent Vos, hace un esclarecedor comentario:
“Ante la ausencia del Ejército nacional, el industrial Nicolás Suárez Callaú organizó la Columna ‘Porvenir’, el 8 de octubre de 1902, pequeño ejército privado con 83 plazas, la mayoría trabajadores y empleados de sus barracas gomeras y un grupo de indígenas tumupaceños e ixiameños entre ellos Belisario Marupa, Eusebio Tibubay, Bruno Racua y Juan de Dios Aguada, hábiles en el manejo del arco y flecha, cuya participación en el conflicto cobraría insospechado protagonismo”.
El aporte de Tiburcio Amuruz es significativo en el tema. El comentario de Oporto Ordoñez al referido libro especifica:
“Capítulos desconocidos de la historia de ese conflicto son relatados por los comandantes de la Columna ‘Porvenir’, como el de Simón Moreno quien afirma que los ixiameños formaban parte de la tercera compañía, y que el ‘siringuero ixiameño Juan de Dios Aguada disparó la flecha que incendió el barracón’, aunque Atanasio Estremadoiro sólo menciona que ‘llamóse a un indio ixiameño, cuyo nombre no recuerdo, se le entregó un arco y una flecha provista de una mecha impregnada en kerosene; lanzada ésta sobre los techos de hojas de palmera resecas por la acción del sol, dos minutos después edificios y trincheras a merced de llamas hacían desalojar, poniendo en derrota, despavoridos, a los que días antes habían ultrajado la soberanía nacional’”.
Queda abierta así la probabilidad de que los flechazos que evitaron la pérdida del Acre boliviano fueron lanzados por una comunidad de indígenas guerreros de la etnia Tacana, confundiéndose entre ellos Bruno Racua y Juan de Dios Aguada. Racua, entonces, no fue sólo él, es todos ellos.
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Links relacionados que pueden ayudarte:
- 11 DE OCTUBRE DE 1902. BATALLA DE BAHÍA (COBIJA)
- LOS BOLIVIANOS SALIMOS EN DEFENSA DEL ACRE
- LA SANIDAD MILITAR EN LA GUERRA DEL ACRE
- 21 DE MARZO DE 1903.- FIRMA DE UN MODUS VIVENDI, PREÁMBULO DE LA SESIÓN DEL ACRE BOLIVIANO
- GLORIAS DEL EJERCITO DE BOLIVIA - PRIMER Y SEGUNDO PIQUETE"ABAROA" REGIMIENTO DE CABALLERÍA 1 "ABAROA"
- EL CENTINELA MAXIMILIANO PAREDES
- LA BATALLA DE RIOSINHO Y MAXIMILIANO PAREDES
- REVISTA ARGENTINA REFLEJA LA GUERRA DEL ACRE
- POSNANSKY EN EL ACRE
- SOBRE LAS GUERRAS GANADAS, PERDIDAS Y “EMPATADAS” POR BOLIVIA
- ANDRES DE SANTA CRUZ EN LA GLORIA Y EL INFORTUNIO
- LAS 14 EMERGENCIAS BÉLICAS ENFRENTADAS POR EL EJÉRCITO BOLIVIANO


viernes, 14 de noviembre de 2025

DESCARGAR: Historia de la rebelión de Tupac Catari, 1781-1782

 

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DESCARGAR: La construcción de la aymaridad Verushka Alvizuri

 En Bolivia el estereotipo etnográfico del hombre aymara es una figura clave de la retórica nacional. A pesar de la diversidad étnica, la indianidad boliviana suele confundirse con una etnicidad en particular, la aymara. Acercarse a aquella identidad emblemática desde una postura constructivista cuando la sociedad boliviana prácticamente conmina los individuos a encerrarse en una postura esencialista es el desafío que este libro plantea. La cristalización de una "identidad aymara" es resultado de una empresa de promoción identitaria que llevan adelante académicos y activistas comprometidos con la aymaridad. Por un lado, existe un trabajo de construcción y difusión de un discurso sobre la diferencia étnica, por otro lado una serie de mecanismos permiten hacer de esa construcción intelectual una realidad tangible. ¿quiénes son los académicos y activistas que producen los discursos sobre lo aymara, cuáles son las prácticas sociales que sus discursos inducen. Tales son las preguntras que este trabajo intenta responder. Esta aproximación permite comprender mejor los procesos de construcción identitaria y los usos políticos de la identidad autóctona en la América Latina contemporánea.


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martes, 11 de noviembre de 2025

WIPHALA

 ¿Qué es y qué representa la Wiphala?


La Wiphala es una bandera. Quizás la reconozcan como una bandera de forma cuadrada que tiene siete colores repartidos en 49 cuadraditos.

Etimológicamente, la palabra se forma a partir de Wiphay (que es voz de triunfo) y laphaqi (entendido como el fluir en el viento de un objeto flexible), ambas palabras de la lengua aymará.

Esta bandera cuadrangular puede ser vista normalmente en varias regiones de Sudamérica.

Pero ¿qué representa?

Esta bandera está fuertemente ligada a las comunidades que descienden de los PUEBLOS ANDINOS. Desde un comienzo, la Wiphala que hoy conocemos fue un emblema del pueblo AYMARA-QHISHWA.

Existen varias variantes de la bandera (varía la disposición de los colores según el pueblo andino representado: Kuntinsuyu, Quallansuyu, Chinchasuyu, Antisuyu) pero la más extendida es la de la diagonal blanca, correspondiente al Quallansuyu (ó Collasuyu).

Es verdaderamente interesante la historia de la cultura AYMARA-QHISHWA porque los antropólogos e historiadores la han estudiado desde un punto de vista que bien podría catalogarse como «occidental». No obstante, los descendientes de las civilizaciones andinas señalan que sus pueblos lograron mucho más de lo que los libros cuentan. Los antepasados de los descendientes alcanzaron un alto grado de desarrollo social, político y económico, digno de ser reconocido.

Hoy muchos mantienen vivas las tradiciones, costumbres, y celebraciones culturales del pueblo AYMARA-QHISHWA y otras civilizaciones andinas.

Se cree que fue creada hace más de 1000 años (algunas fuentes incluso señalan la posibilidad de que su creación date de hace más de 2000 años).

También se cree que la insignia era utilizada desde tareas de AGRICULTURA hasta en CEREMONIAS. Incluso, en Perú, se ha encontrado un objeto muy parecido a la actual Wiphala sobre una tumba de más de 800 años de antigüedad.

Incluso se han encontrado insignias con los colores de la Wiphala pintados en una roca, tejidos y vasos en varias regiones de Bolivia, y se estima que esas obras datan de antes del siglo XV.

Una crónica colonial del siglo XVI señala el uso de una bandera por parte de los pueblos andinos pero no ofrece descripción de la misma.

Algunas fuentes señalan la posibilidad de que se tratase de una wiphala.

De todas formas, los orígenes de la Wiphala siguen siendo INCIERTOS, pero uno no puede dejar de preguntarse por este símbolo.

El significado de la Wiphala

La Wiphala, como SÍMBOLO ANDINO, es cuadrangular por representar la IGUALDAD y la ARMONÍA. Los colores de la bandera (iguales originados a partir de la descomposición del rayo de luz) representan diferentes cosas.

Rojo: representa a la Madre Tierra y la expansión del hombre andino en el continente.
Naranja: representa a la sociedad y la cultura. Simboliza la educación, la salud, la medicina y la formación.
Amarillo: representa la energía y la fuerza, la práctica colectivista de la humanidad y la solidaridad.
Blanco: representa el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el arte y el trabajo intelectual. Es la representación del tiempo para llevar a cabo el progreso intelectual y armónico.
Verde: representa a la economía y a la producción andina. Simboliza la riqueza natural.
Azul: representa al espacio cósmico y la infinidad. Es la expresión de los sistemas astrales y sus efectos naturales en la Tierra.
Violeta: representa a la política y la ideología andina. Simboliza también la filosofía y el poder armónico de los Andes.

Los lados de la bandera y los cuadrados interiores mantienen una proporción idéntica, simbolizando IGUALDAD y UNIDAD en la DIVERSIDAD de PUEBLOS ANDINOS. Se considera que se la ha usado no solo como insignia sino también como calendario cósmico.

La Wiphala es más que la bandera de la NACIÓN ANDINA y de los AYMARA. Es es la representación de la COSMOVISIÓN ANDINA, SIMBOLIZA la DOCTRINA DEL PACHAKAMA (orden Universal), y de la PACHAMAMA (Madre Tierra) QUE FORMAN EL ESPACIO, el TIEMPO, la ENERGÍA y el PLANETA.



lunes, 10 de noviembre de 2025

DESCARGAR: TÉCNICAS E INSTRUMENTOS PARA EL DIAGNÓSTICO Y LA EVALUACIÓN EDUCATIVA. María Teresa Padilla Carmona

 En la introducción del libro, la autora explica que esta obra surge con una doble finalidad: servir como material didáctico para la asignatura “Técnicas e instrumentos de diagnóstico” del Grado en Pedagogía de la Universidad de Sevilla, y ser útil para los profesionales del ámbito del diagnóstico y la evaluación educativa. Reconoce que ambas metas a veces entran en conflicto, ya que el texto ha sido elaborado “a la medida” de su práctica docente, lo cual impone ciertos límites en cuanto a la profundidad y alcance de los contenidos.

El libro, señala Padilla, busca que los estudiantes aprendan no solo qué son las distintas técnicas de diagnóstico, sino también a diseñarlas, aplicarlas y reflexionar críticamente sobre ellas. Su propósito es que el alumnado desarrolle una actitud analítica y profesional ante los instrumentos de recogida de información, especialmente en la evaluación de dimensiones afectivas del ser humano, como actitudes, valores e intereses. La autora también admite que, por razones de tiempo, el texto no aborda todos los procedimientos existentes, sino una selección representativa que permite trabajar con mayor profundidad.
La obra se estructura en cinco capítulos fundamentales, cada uno con un propósito formativo específico. El primer capítulo ofrece una introducción general al concepto y proceso del diagnóstico educativo. En él se abordan las bases teóricas y metodológicas necesarias para comprender la función del diagnóstico dentro de los procesos educativos, estableciendo el marco conceptual que sostiene las técnicas presentadas posteriormente.
El segundo capítulo se centra en la observación como técnica de recogida de información. Se analiza su definición, sus modalidades —participante, sistemática, estructurada o libre— y el proceso de planificación. Además, se describen los diferentes tipos de registros observacionales y los criterios de validez y fiabilidad que deben cumplir para considerarse científicamente sólidos.
El tercer capítulo aborda las técnicas de encuesta, con especial atención al cuestionario y la entrevista (en sus variantes abierta y estructurada). Padilla introduce al lector en su diseño, aplicación y validación, destacando la importancia de formular preguntas adecuadas y de interpretar los datos desde una perspectiva pedagógica y ética.
En el cuarto capítulo, la autora examina los tests y otros instrumentos de medida, explicando qué se entiende por medición en el contexto educativo, cómo se construyen y seleccionan los instrumentos y qué requisitos técnicos y científicos deben reunir. Este bloque tiene un carácter más técnico y proporciona fundamentos esenciales para el uso riguroso de las pruebas estandarizadas.
Finalmente, el quinto capítulo amplía el panorama con otros procedimientos diagnósticos que no encajan en las categorías anteriores. Este apartado, elaborado con la colaboración de Eduardo García Jiménez, Isabel López Górriz y Emilia Moreno Sánchez, incluye estrategias como el portafolios, la historia de vida, los grupos de discusión y las rejillas de constructos personales. Estas herramientas, de gran valor cualitativo, permiten captar dimensiones más profundas y contextuales del aprendizaje y del desarrollo personal.


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lunes, 3 de noviembre de 2025

Descargar: Karl Marx. EL CAPITAL

 La evolución fatal de la lucha de clases, según Marx, conducirá a la lucha armada, cuando la situación esté preparada por la crisis interna del capitalismo, corroído por sus propias contradicciones. La lucha llevara a las clases obreras a la conquista del poder y después de esta victoria amanecerá un nuevo mundo sin clases. ¿Una gran utopía? 

Posiblemente, pero lo cierto es que el marxismo, cuyas líneas maestras están trazadas en El Capital, aunque en su primitiva pureza ha sido abandonado hasta por quienes prometieron seguirlo, ha marcado profundamente el pensamiento humano, ha penetrado en todos los ramos de la ciencia y ha empapado la conciencia del hombre moderno, como no lo había hecho ninguna otra versión del mundo y de la historia.

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