jueves, 1 de septiembre de 2016

¿FILOSOFIA ANDINA?



Filosofía Andina: critica a la construcción discursiva
Por Santos Diamantino[1]


Hoy en día se ha puesto en boga el discutir lo propio y lo ajeno, lo que es y no es algo. Y uno de los temas que está trayendo pelea al interior de algunos círculos de intelectuales urbanos es la posibilidad de la existencia de una Filosofía Andina. Para ello, se han dado diversos esfuerzos tanto de intelectuales que pretenden provocar a la comunidad lectora, como de colectivos políticos que tocan temas como; la integración de la diversidad, pensamientos en la cultura indígena, racionalidad occidental y racionalidad andina, temas concernientes al buen vivir, proyectos históricos de los andes y otros temas que concentran la atención de estos círculos académicos.
No obstante, no se preguntan, qué entienden por filosofía, si este concepto es aplicable a esta parte del mundo. Más aún tampoco determinan qué es lo andino, ¿un círculo político, una parte geográfica, si es así de dónde a dónde corresponde lo andino? Dicotomías que no son claros en estos textos de Filosofía Andina. Además de mostrar una escisión entre la teoría y lo considerado real en la percepción de la comunidad de seres humanos; y como camuflaje simplemente se afirma “nadie tiene la verdad”.
Otro aspecto importante a reflexionar es ¿Quiénes pueden hacer filosofía andina?, ya que muchos se atribuyen potestades por sus vinculaciones políticas o por su orígenes identitarios. Algunos simplemente prefieren hablar desde los textos. Estos son algunos problemas que a simple vista están presentes y sin discutirse de manera seria y argumentativa.
Algunas puntualizaciones, considero que la filosofía es una actividad humana, que no le importa si es o no de una cultura, ya que filosofar es más que un instrumento metodológico. Su objetivo es resolver inquietudes humanas, el porqué de la existencia humana, el lugar del ser humano en esta tierra. Curiosidades que en toda comunidad de hombres se busca responder. Desde ese punto de vista hay la existencia de la filosofía en todas las comunidades humanas de esta tierra, sólo con diferentes matices, tal como se puede apreciar en la arquitectura, en el idioma, en las artes y la vida social en general. Aunque hay quienes dicen que hacer filosofía solo les compete a los griegos, a quienes se les atribuye la propiedad de la palabra. Entonces, también habría que decir; que la poesía o la arquitectura ¿sólo es asunto de griegos, puesto que estas palabras tienen dicha raíz?
Si fuese este el razonamiento, deduzco que no se va poder cimentar una filosofía andina, por creer que es importante seguir los cánones del pensamiento occidental, para determinar que algo es algo, negando de alguna manera la libertad de pensamiento. Idea que en sí misma va en contra del carácter filosófico, por segregar, por tratar de diferenciarse en supuestos naturales. Además de cimentar divisiones en la sociedad, jerarquías sociales, atribuidos a características y normativas específicas de una supuesta sociedad alta.
Imprescindible es identificar elementos que ayuden a conocer el carácter de los pueblos, el estilo, su estética, la diversidad de subjetividades para hablar de una filosofía “X”. Solo así, es, cómo vamos a hallar y poder afirmar que efectivamente existe una filosofía andina; ya que los filósofos nos hemos acostumbrado a querer universalizar todo, sin reflexionar la diversidad de subjetivismos que existe en este mundo, y queremos enunciar desde la simple observación lo que es filosofía andina.
Para hacer filosofía andina es fundamental conocer la realidad del que vive en los Andes. Una construcción teórica que compruebe lo que se dice. Afirmar algo o negar algo de manera simplista no es suficiente, ya que eso, nos somete a más complicaciones. Una filosofía andina que diga quién afirmó tal idea y porqué, dónde obtuvo esa idea, ya que no todas las culturas son homogéneas. Se puede hacer una crítica desde los libros que escriben sobre el ande, pero no es aconsejable, porque la realidad humana va en evolución (cambio de condición social) todo el tiempo, similar a la ciencia informática.
Es preciso tener claro, la idea de que la racionalidad andina no opera con la “lógica científica oficial”, sino, que trabaja con formas simbólicas, y no de manera conceptual como el pensamiento occidental. De ahí su pelea en los estratos políticos por la reinserción de lo simbólico en el imaginario social de la educación. Para eso hay que entender su vida natural, su espacio geográfico y social. No se puede determinar una filosofía andina desde el centro de un área urbano, ya que no vislumbra lo considerado culturalmente andino. Al mismo tiempo que es más complicado determinar qué acciones pertenecen a la cultura de un pueblo y que no. Donde se puede argüir con certeza que la globalización ha hibridado todo, logrando un mareo conceptual, una pelea sin fin de lo propio y lo ajeno.
Desde la ciudad no se puede entender el concepto de hombre (mundo occidental = centro, mundo andino = elemento que integra a la tierra, por eso cuida la naturaleza, “aunque eso es relativo para el accionar del mundo aymara”). El hombre para el andino no es un ser aislado, sino, colectividad. No se pierde en paradigmas especulativos de la razón, vive pragmáticamente, sin olvidar su relación con la naturaleza de forma recíproca (ejemplo; el andino abona la tierra para mejorar sus formas productivas, hacen descansar la tierra, etc.). En la filosofía andina hay nociones que no se pueden pasar por alto, como la complementariedad, el cual traduce la superación de la incomodidad de lo incompleto, por eso la dualidad varón y mujer. La noción de que el andino no mata a ningún Dios, sino, la considera hermano mayor. Si estos elementos que son mínimos no entendemos, desde el ser del que vive en el campo, se habrá dicho y escrito mucho, pero se habrá dicho poco.

Link de descarga.


[1] Lic. En Filosofía y Antropología de la U.M.S.A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario